La Carrera de Espejos

Cada vez que miramos al otro… no solo vemos al otro.

Nos vemos a nosotros también. En sus gestos, en sus silencios, es sus dudas y en sus cicatrices.

Porque cada inmersión en el alma ajena es una carrera de espejos.

OJO CON ESO…

Uno frente al otro, como corredores en una pista invisible, nos devolvemos reflejos que no sabíamos que estaban. Sus lágrimas activan nuestros recuerdos. Su alegría evoca instantes que creímos olvidados. Sus miedos rozan los nuestros… aunque los llamemos distintos.

Y cuanto más hemos vivido, cuánto más hemos observado -no sólo al mundo, sino a nosotros mismos- más horizonte logramos percibir en la pupila del otro.

Como si una mirada fuera una puerta entreabierta. Y nosotros, con nuestras propias llaves, pudiéramos empujarla un poco más.

Hay auras que se sienten antes de que hablen, hay auras que se reconocen sólo al mirarse. Hay presencias que nos narran su historia con un solo parpadeo. Y hay encuentros que, sin saberlo, nos sostienen el alma justo cuando íbamos a soltarla.

MADRE MIA!

Así de profundo es el arte de mirar. Así de de sutil es el don de conectar.

Porque no se trata de ver más. se trata de ver mejor, se trata de Empatizar.

Y eso… solo lo logran los que han aprendido a nadar en sus propias aguas.

RECUERDA: LA TIERRA ES PANA!!

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luisjvelasquez77@gmail.com
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